Origen y desarrollo del Complejo de la Siderúrgica Lázaro Cárdenas-Las Truchas

Baltazar SÁNCHEZ HUERTA

Parte Uno

Ciudad y puerto de LÁZARO CÁRDENAS, MICH.-Siderúrgica Lázaro Cárdenas-Las Truchas, S. A., construyó un complejo siderúrgico que habría de permitir el aprovechamiento de los recursos naturales, localizados en esta región de la desembocadura del río Balsas, en los límites de los estados de Michoacán y Guerrero.

La capacidad inicial de producción de esta nueva planta sería en su momento de 1.3 millones de toneladas de acero y dentro de sus perspectivas de expansión se procedería ya a la realización de una segunda etapa que permitiera alcanzar una capacidad instalada de producción de 3.65 millones de ton de acero, así lo dieron a conocer ex mineros metalúrgicos de la Sección 271 del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana, Pedro Fonseca Chávez y Pablo Luciano.

Fonseca Chávez, destacó que en el estado de Michoacán se encuentran importantes yacimientos de mineral de fierro, cercanos a la localización del nuevo complejo siderúrgico, cuya potencialidad se estima, hasta ahora, próxima a los 70 millones de ton según la Facultad de lngeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México del 22 de 1bril de 1975.

El trabajo que se presenta ha sido elaborado con estrecha colaboración de ex obreros e ingenieros como Alfredo Sepúlveda Martínez, quien dijo, que la planta siderúrgica habría de permitir programar el beneficio de reservas de mineral de fierro, hasta la década de los 60s no aprovechadas, situadas en las costas del Pacífico mexicano. Desde la época del presidente Benito Juárez se conoció la existencia de los yacimientos ferríferos denominados Las Truchas.

En 1906 la empresa de inversionistas franceses, Compañía de La Orilla, S. A., adquirió 93 000 hectáreas del latifundio denominado Hacienda de La Orilla en el estado de Michoacán. El objetivo de esta empresa era explotar las riquezas agrícola, ganadera y minera de la zona.

El movimiento armado de 191O interrumpió este proyecto y en atención al contenido del artículo 27 de la Constitución de 1917, que prohibía la propiedad de extranjeros en las costas del país, los franceses abandonaron la región.

En 1907 se otorgó una concesión minera a la Compañía de Minas de Fierro del Pacífico, S. A., de nacionalidad norteamericana y subsidiaria de la Bethelhem Steel Corporation, para explotar 620 hectáreas.

En 1916 el Gobierno constitucionalista expidió un decreto declarando la caducidad de la concesión por falta del pago de impuestos. Ante esta decisión, el consorcio afectado creó una nueva empresa: la 1128 Compañía de Minas de Fierro de Las Truchas, S. A., la cual adquirió las propiedades mineras de su antecesora.

Esta empresa tampoco cumplió con las condiciones legales del contrato de concesión, por lo que en 1936 la Secretaría de Economía Nacional ordenó, por segunda ocasión, la caducidad de las concesiones y en 1941 la Suprema Corte de Justicia de la Nación negó el amparo interpuesto por la empresa, incorporando los yacimientos a la reserva nacional.

A pesar de que los yacimientos habían sido señalados como reservas mineras nacionales, a partir de 1941 se otorgaron concesiones especiales a particulares mexicanos. Estos ciudadanos solicitaron ampliaciones en 1943, y habiéndoseles otorgado, vendieron la totalidad de la concesión a la Compañía de Minas de Fierro del Pacífico, S. A., es decir, a la misma empresa a la que se le había rescindido la concesión en 1916.

En 1948 la Secretaría de Economía Nacional, por tercera ocasión, decretó la caducidad de las concesiones, incorporándose en forma definitiva la propiedad minera a las reservas nacionales. A partir de este último año se iniciaron estudios, a través de la Comisión del Tepalcatepec, con objeto de lograr el aprovechamiento de los yacimientos ferríferos de Las Truchas.

En 1954, la Secretaría de Economía Nacional autorizo que la empresa Fried Krupp de Alemania efectuara el estudio para la instalación de una planta siderúrgica, el cual fue concluido en 1961.

En dicho estudio participaron también el Consejo de Recursos Naturales no Renovables, Petróleos Mexicanos y la Comisión del Río Balsas.

La propuesta de este estudio era el establecimiento de una planta siderúrgica a base de hornos eléctricos con una capacidad de medio millón de toneladas anuales.

Después de más de 50 años de lucha constante por rescatar el patrimonio de la nación, en 1965 el Gobierno de la República acordó reservar los yacimientos ferríferos de Las Truchas y Plutón para su explotación y aprovechamiento en una planta siderúrgica.

En 1968 el Gobierno resolvió llevar a cabo la explotación minera e industrial de los yacimientos de Las Truchas.

El 1 de julio de 1969 se constituyó la empresa Siderúrgica Las Truchas, S. A., con el propósito de realizar un estudio completo y detallado acerca de la factibilidad técnica, económica y financiera para la utilización de los recursos de mineral de hierro.

En esa ocasión el presidente del Consejo de Administración, general Lázaro Cárdenas, expresó: » … la larga historia de los yacimientos de Las Truchas, culmina hoy con la integración de esta nueva empresa siderúrgica.

El hecho trascendental de aprovechar los recursos naturales en beneficio del país contribuye, además, a satisfacer la creciente demanda de productos de acero y propicia la creación de nuevas fuentes de trabajo y el desarrollo de una importante región geográfica de Michoacán y Guerrero y, con ello, con el establecimiento de lo que será la primera industria pesada en aquella porción de México, se da el primer paso de lo que llegará a ser el desarrollo básico del litoral del Pacífico, aprovechando los yacimientos mineros y otros recursos que existen a lo largo de la costa y que aún no se utilizan, desde Chiapas y Oaxaca hasta la Baja California».

En el segundo semestre de 1969 la primera tarea a la que se enfrentó la dirección de la nueva empresa, era la de formar un grupo de profesionales mexicanos que fueran capaces de llevar a efecto las investigaciones y estudios que definieran el mejor aprovechamiento de los yacimientos de Las Truchas. Este esfuerzo permitió constituir un núcleo interdisciplinario de 44 profesionales mexicanos que iniciaron los trabajos preparatorios.

De manera simultánea, se definieron los términos de referencia para contratar los servicios de consultoría que debería obtenerse con el más alto nivel técnico, y que apoyara los trabajos de los profesionales mexicanos.

Los términos de referencia para la adquisición de estos servicios profesionales incluían dos criterios que eran la piedra angular para la selección de la empresa consultora; estos criterios se referían en primer término a que dicha empresa fuera independiente de los fabricantes de equipos siderúrgicos, con el objeto de no vincular a ningún tipo de interés ya creado las decisiones para la obtención del equipo.

Un segundo elemento importante fue el planteamiento de que los asesores vivieran en México y blindaran permanentemente sus conocimientos a los técnicos nacionales, de tal forma que la dirección de los trabajos siempre estuvieran bajo la responsabilidad de los profesionales mexicanos.

El personal extranjero se constituyó con 20 expertos.  Durante los meses de enero a septiembre de 1970, se llevó a cabo el análisis del mercado de los productos siderúrgicos, contemplando la tendencia histórica y la perspectiva de crecimiento de la demanda y una cuantificación detallada de la oferta de productos siderúrgicos, tanto de aquella que se localizaba en la industria integrada como en las empresas semiintegradas y relaminadoras.

De igual forma se profundizó en la evaluación cuantitativa y cualitativa de los recursos de mineral de hierro, así como en el mejor método de beneficio y el análisis de otras materias primas, tales como el carbón y las calizas y de insumos tan importantes como la energía eléctrica, el agua y los transportes.

La conjugación de estos elementos permitió evaluar la localización más apropiada para el, proyecto, atendiendo a la disponibilidad de materias prima y a la proximidad de los mercados consumidores. Fueron analizadas también diferentes posibilidades para el proceso que debería adoptarse en la fabricación de acero tales como la vía de la reducción directa y horno eléctrico o bien alto horno con convertidores al oxígeno, entre otras.

Se definieron los servicios requeridos para la planta y se hicieron las estimaciones del costo de capital, comparando lo que implicaría la construcción de una nueva planta o la ampliación de la industria existente.

También se definieron los requerimientos de la fuerza de trabajo, los costos de operación y las proyecciones financieras, conjuntamente con los aspectos socioeconómicos del desarrollo regional.

Estos estudios se concluyeron en el mes de septiembre, en cuatro amplios volúmenes en los que se puso de manifiesto que la construcción de la planta era factible desde un punto de vista económico, que técnicamente daba origen a una nueva etapa de modernización y eficiencia de la industria siderúrgica nacional y que financieramente era rentable.

En el período comprendido de los mes de octubre de 1970 a julio de 1971, los resultados del estudio de factibilidad comercio exterior, octubre de 1975 fueron analizados por diversas instituciones del sector público, tales como la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la Secretaría del Patrimonio Nacional, la Secretaría de Industria y Comercio y la Nacional Financiera, S. A. (Nafinsa). Las discusiones condujeron a un a mayor documentación y a profundizar en las premisas que sustentaban la viabilidad del proyecto.

Se dio origen al documento denominado La industria siderúrgica nacional y el Proyecto de Siderúrgica Lázaro Cárdenas-Las Truchas elaborado por Nacional Financiera y publicad o en el año de 1972.

En este trabajo se efectúa un análisis de la industria siderúrgica mexicana en términos de crecimiento de la demanda y la capacidad de producción en las diferentes empresas siderúrgicas, tales como Altos Hornos de México, S. A., Fundidora Monterrey, S. A., Hojalata y Lámina, S. A., Tubos de Acero de México, S. A., y las industrias semiintegradas y relaminadoras.

También se instala dentro del contexto nacional el nuevo proyecto «Benito Juárez-Peña Colorada» que habría de abastecer, como lo está haciendo ahora, de concentrados de mineral de hierro a la industria integrada. Nafinsa resalta en dicho documento, la importancia de impulsar el complejo siderúrgico.

Por otra parte, resultaron de fundamental importancia las discusiones llevadas a cabo, en los meses de junio y julio de 1971, con la industria integrada y con la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero.

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