*Estamos ante una vieja técnica de negociación de la CNTE por la que se han vuelto altamente impopulares entre las élites empresariales; sin embargo, es un hecho que el gobierno debe pagar la nominan y prestaciones de los trabajadores del estado a tiempo y no tienen por qué sufrir retrasos.
POR Baltazar SÁNCHEZ HUERTA
LÁZARO CÁRDENAS, MICH.- Los bloqueos a las vías del tren, plantones y liberaciones de casetas de peaje del movimiento magisterial son algo así como una de las pruebas iniciáticas para todo gobierno que se estrena en el poder. Ya es como una suerte de tradición que al llegar un nuevo gobierno al poco tiempo tener las visitas del magisterio en las calles, oficinas y en Michoacán la toma de vías del tren por un tiempo indefinido en lo que se alcanza la “solución al conflicto” y se logra regresar a la normalidad. Y la organización sindical que se pinta sola para organizar esta actividad masiva es sin lugar a dudas la CNTE.
La Coordinadora, como se le conoce en el medio, es la organización disidente del movimiento magisterial que surge en oposición al liderazgo del SNTE por allá de 1979-80. Se forma como una escisión al liderazgo de Jongitud Barrios, que buscaba ser un movimiento sindical independiente y no oficialista. Su fuerza numérica se concentró en unos cuantos estados del centro y sur de la República, donde la sección 22 de Oaxaca destacó por ser una de las más numerosas y beligerantes.
Por si fuera poco, en Michoacán es particularmente complejo porque parte de la nómina corresponde a la federación y otra parte se encarga de pagarla el estado. Por lo que el asunto le corresponde a ambos niveles de gobierno.
El objetivo hoy es alcanzar un buen acuerdo que permita reanudar las clases virtuales, y el gobierno regresar a sus labores cotidianas; sin embargo, el resultado de la negociación ha tenido repercusiones inevitables desde el proceso de elección con la que hoy secciones XVIII de la CNTE, cuanta con dos representaciones y posiblemente también desde ahí se debe obtener un buen acuerdo en Michoacán, la dos partes en las que se ha fracturado la CNTE en busca de presionar por un acuerdo en la búsqueda de negociaciones para sus agremiados, ya empezamos a ver algunas señales de tintes políticos electorales en el estado.
Por tanto, lo que suceda en Michoacán tendrá olas –positivas o negativas– para el resto del movimiento magisterial y eso tendrá efectos, al final del día, en la forma en que el gobierno de López Obrador establece su relación con la Coordinadora, así como la forma en que habrá de negociar de aquí en adelante con un movimiento sindical que puede convertirse en el dolor de cabeza de cualquier gobierno. Se tiene ya más de 35 días de toma de vías por Poder de Base, y el otro grupo inicio esta semana con tomas de oficinas y de liberación de casetas, tras una lucha de poder y de razones que ponen en riesgo la estabilidad política, social y económica del estado.