El obispo de la Diócesis de LZC, Armando Antonio Ortiz Aguirre, resaltó que este día, el Miércoles de Ceniza, es el momento para prepararse para Semana Santa y vivir el triduo pascual libre de pecado

POR Baltazar SÁNCHEZ HUERTA

  LÁZARO CÁRDENAS, MICH- Cientos de personas acudieron a tomar ceniza esta mañana a la Catedral Cristo Rey y con ello el Miércoles de Ceniza marca el inicio de la Cuaresma. El obispo de la Diócesis de Lázaro Cárdenas, Armando Antonio Ortiz Aguirre, resaltó que este día es el momento para prepararse para Semana Santa y vivir el triduo pascual libre de pecado.

  Previo a la imposición de la ceniza dio un mensaje sobre el significado y de «polvo eres y polvo te convertirás» Al iniciar la Cuaresma con el miércoles de ceniza, el obispo llamó a los católicos dejar a un lado todos los signos de la maldad y muerte, el egoísmo, el rencor y emprender un camino de verdadera conversión con la fuerza regeneradora del arrepentimiento y del perdón, el cual no podemos prescindir.

  Durante la Misa que ofició por la mañana en la catedral donde al igual que en otros templos, cientos de feligreses acudieron a tomar la tradicional ceniza, destacó que la Cuaresma es signo sacramental de la conversión a la que están llamados constantemente todos los cristianos, a fin de encarnar el misterio pascual en la vida personal, familiar y social, mediante la trasformación, el ayuno, la oración y la limosna.

  En la homilía se pidió por los que se han alejado de la iglesia “a causa de nuestros escándalos o nuestra tibieza” y vuelvan a la familia de Dios “y a nosotros nos perdonen por esos escándalos” el prelado católico insistió en el llamado para que los católicos eviten los signos de muerte que han invadido muchos hogares y hacer conciencia social de los daños que han realizado hacia su prójimo.   Recordó que, con la imposición de la ceniza, se marca el inicio de este tiempo de preparación hacia la Pascua, recordando una antigua costumbre, descrita en la Sagrada Escritura y en la Tradición de la Iglesia, en la que los fieles que deseaban vivir una vida nueva, se cubrían de ceniza para manifestar al pueblo su voluntad de convertirse.