*Este martes 28 de diciembre miles de personas celebran realizando bromas el Día de los Santos Inocentes

POR Baltazar SÁNCHEZ HUERTA / Redacción

  LÁZARO CÁRDENAS, MICH.- Anualmente cada 28 de diciembre se festeja en México y a nivel internacional el Día de los Santo Inocentes, que consiste en 24 horas permitidas para realizar todo tipo de bromas, mismas que son recibidas con alegría debido a que es una tradición que han replicado generación tras generación, así lo dio a conocer Monseñor Armando Antonio Ortiz Aguirre.

  El Obispo expresó que este martes 28 de diciembre miles de personas al rededor del mundo realizarán bromas a sus amigos y seres queridos y es que pese a la pandemia, este tipo de acciones pueden ejecutarse presencialmente o en la distancia.

  Su origen del Día de los Santos Inocentes en México

  La festividad se remonta en la época del cristianismo, periodo en el que se registró una matanza en contra de cientos de niños recién nacidos en Belén. La ejecución a los menores fue ordenada por Herodes, con el objetivo de matar a Jesús de Nazaret, quién apenas había nacido y por quién se realizaron muchas ofrendas y hasta nuestros días es categorizado como un Dios.

  El nombre de ‘Santos Inocentes’ tiene su origen en la misma historia de la matanza a los menores, pues se le puso ese día ya que los niños pequeños de menos de 2 años no han cometido ningún pecado aún. En su momento, fue una situación muy trágica que por varios años fue recordada con tristeza.

  Al pasar los años, el día tomó otro sentido, pues los monaguillos comenzaron a realizar bromas inocentes cada 28 de diciembre pues a los niños se les caracteriza por hacer bromas y el objetivo de este nuevo rumbo fue para dejar a un lado la tristeza de la muerte de tantos menores de edad. La frase típica después de la revelación de cada broma es “Inocente palomita que te dejaste engañar”, en que algunas personas hacen mal uso de este día con actitudes de pillo, pidiendo dinero prestado y no pagar, o algún objeto de valor para hurtarlo bajo esta frase típica; pero que no deja de ser una acción con ventaja y perjudicial, e incluso en medios de notas engañosas o inciertas.