*Buscadores de oro: generaciones de trabajadores en las orillas de los ríos y arroyos.

Por Baltazar SÁNCHEZ HUERTA / Redacción

LÁZARO CÁRDENAS, MICH.- En ‘más de uno’ conocemos el trabajo de los buscadores de oro, generaciones de hombres que, de padres a hijos, han trabajado para extraer pedacitos de oro en diversos entornos, Don Alfonso Farias Aguilera, nuestro invitado habló sobre la batea con la que antes se buscaba el oro, apuntó que el buscador de oro se distingue mucho del gambusino pese a que nos confunden, el buscador de oro en el rio o montañas en busca de las luces conocidos como fuegos fatuos o fuego de San Telmo, de lo que hablaremos en otro tema.

La búsqueda de oro en el Ejido de La Mira, hoy Tenencia, se remonta a muchos siglos atrás. Los que arribaron a dicho lugar buscaron y encontraron oro en las orillas del Rio conocido como Las Truchas, donde hoy se halla asentada la empresa, minas de la siderúrgica, pero no hace falta echar tanto la vista atrás. En 1940, ya se dedicaba un reportaje a los buscadores de oro dijo en esa ocasión ya se acompañaba del entonces de Don Aurelio Campos, unos hombres que de generación en generación, heredaron la esperanza de extraer una cantidad de oro suficiente que les liberase, de golpe, de su humilde existencia.

Al preguntar  Don Ponchito ¿Dónde se puede encontrar oro?

Don Alfonso Farías, de acuerdo a su conocimiento por el tiempo que dedicó a este trabajo dijo en ‘sistemas hidráulicos medievales y antiguos’, explica en ‘más de uno’ que el oro puede aparecer en la superficie de la tierra de dos formas: como un yacimiento primario, donde se ven las vetas de oro en los filones de cuarzo u otras rocas, o los yacimientos secundarios, que son los mayoritarios, ahí es la función del gambusino.

Una vez que se erosionaron los yacimientos primarios y se desmontaron los filones, el oro fue depositándose en los aluviones del pie del monte. Así, por su peso específico, «hay lugares donde se produce una reconcentración de oro. Son yacimientos aluviales secundarios que se suelen encontrar en las faldas de las montañas». Así, en una tercera fase, se vuelve a depositar oro en los cauces de los ríos y meandros, ahí el buscador de oro combate.

¿Cómo se extrae el oro?

A la hora de extraer el oro de los ríos, las técnicas utilizadas actualmente son parecidas a las ancestrales en bateas hechas con madera de castaño similares a las actuales. En definitiva, se trata en coger un concentrado aurífero -tierras depositadas en un meandro de un río, por ejemplo- y lavarlo, haciendo que los materiales más pesados, como el oro, queden en el fondo y los más ligeros se escapen con el agua.

«La técnica de bateo no ha cambiado mucho a lo largo del tiempo» dice el entrevistado, aunque reconoce que las herramientas actuales son más precisas.

La «fiebre del oro» de los 50s a los 70s

En La Mira una población con nombre propio en asunto de metales, su fama llegó ser tan grande que la zona pronto se ganó el calificativo de «Rio de Oro». Aquí buscaron pepitas los antiguos, y en la década de los 40-50 del siglo pasado una empresa minera francesa trató de explotar las minas, aunque desafortunadamente sin mucho éxito.

Con el paso de los años, «ya no es tan fácil encontrar el oro de forma superficial», quien advierte que el oro amarillo no es fácil confundirlo con la mica u otros materiales ligeros, el esfuerzo físico de sacar oro, «lo compensa el oro que se saca», dijo, que es capaz de estar ocho horas buscando, hoy esa tradición se ha perdido, ya casi no hay quien se dedique a buscar oro, anteriormente había quien lo comprara, una familia que llego de Altamirano o de por halla de Huetamo, en los portales de Lázaro Cárdenas, antes Melchor Ocampo lo compraba para hacer joyas, había otros en la calle donde antes estaba los autobuses de la Flecha Roja (Hoy la Calle de la fayuca)

(Primera Parte)