*Playa Jardín fue el espacio de la convivencia de madres y sus hijos

POR Baltazar SÁNCHEZ HUERTA

 LÁZARO CÁRDENAS, MICH.- Los Centros de Desarrollo Infantiles de este puerto de Lázaro Cárdenas, agrupados al DIF Estatal llevaron a cabo una Matrogimnasia con el objetivo de fortalecer los vínculos familiares entre alumnos, padres de familias y docentes en el evento estuvo presente el Gobernador del Estado Silvano Aureoles Conejo, acompañado del Secretario de Educación en el Estado, Alberto Frutis Solís, y la Enlace del Estado.

 Las Educadoras del Nivel de Preescolar, quienes a nombre de madres y padres de familia, dijo que se deben de aprovechar este tipo de eventos que integra el ejercicio entre los niños de preescolar y sus padres pues con ello se estimulan los vínculos afectivos entre ellos, además de la socialización, integración, los valores, la cultura física, entre otros.

 En el evento que se desarrolló a la orilla del mar, donde el maestro de ceremonias destacó que la convivencia con padres e hijos tenía que ver con el desarrollo neuronal el padre que atiende el llanto del bebé, que lo mece, que le cambia los pañales y le enseña las primeras palabras, no está «ayudando» a la mamá, está ejerciendo el papel más maravilloso y responsable de su vida: el de la paternidad. Son sin duda matices de un lenguaje a modo de trampas disimuladas en las que caemos muy a menudo y que es necesario trasformar.

 A día de hoy, y para nuestra sorpresa, seguimos escuchando a muchas personas poner en voz alta la clásica frase de «mi pareja me ayuda en el trabajo del hogar» o «yo ayudo a mi mujer en el cuidado de los niños». Es como si las tareas y responsabilidades de una casa y de una familia tuvieran patrimonio, un sello distintivo asociado al género y del cual aún no nos hemos desprendido del todo en nuestros esquemas de pensamiento.

 «Padre no es el que da la vida, padre es el que nos educa con amor» La figura del padre es igual de relevante que la de una madre. Queda claro, no obstante, que el primer vínculo de apego del recién nacido durante los primeros meses se centra en la figura materna. Sin embargo, en la actualidad, la clásica imagen del progenitor donde se focalizaba la férrea autoridad y el sustento básico del hogar ya no se sostiene y debe ser invalidada.

 Debemos dar fin al caduco esquema patriarcal donde las tareas se sexualizan en rosa y azul, con el fin de propiciar cambios reales en nuestra sociedad. Para ello, debemos sembrar el cambio en el ámbito privado de nuestros hogares y, ante todo, en nuestro lenguaje. Porque el papá «no ayuda», no es alguien que pasa por casa y aligera el trabajo de su pareja de vez en cuando. Un padre es alguien que sabe estar presente, que ama, que cuida y se responsabiliza de aquello que da sentido a su vida: su familia.

  Gritar a los niños les hace mucho daño, y no solo a su autoestima, también a su desarrollo cerebral. Esta es la premisa que ha llevado a la Asociación Teatro de Conciencia a lanzar la campaña Gritar daña para alertar de los efectos destructivos de educar, no solo en casa, también en el aula, a los más pequeños a golpe de chillidos “gritar a nuestros hijos no solo les daña a ellos, sino que también nos perjudica a nosotros y a nuestra familia». «Es una forma de violencia que evita la consolidación de vínculos afectivos sanos y satisfactorios, y que siembra el miedo como motor de las relaciones. Donde hay miedo, no hay amor, no hay libertad, no hay paz”, y añade que “la calma es el único antídoto para evitar un grito”.