Aunque la intención sea convivir en paz, cuando hay roces o problemas no resueltos, el festejo se llena de tensión, dijo la Psicóloga Teresa Sandoval Licea.

POR Baltazar SÁNCHEZ HUERTA / Redacción

Por tradición, celebramos la cena de Navidad o la llegada del Año Nuevo en familia con el propósito de reforzar vínculos y vivir la alegría de estas fiestas en compañía de nuestros seres queridos; Pero, aunque la intención sea convivir en paz, cuando hay roces o problemas no resueltos entre los integrantes de la familia, el festejo se llena de tensión.

Ya sea por resentimiento, por rencores del pasado, por diferencias ideológicas o políticas, e incluso, la vida amorosa de los demás, se puede iniciar una discusión acalorada que, en el peor de los casos, se convierta en agresión física. Si no se tiene el control de las emociones o si el ambiente familiar está tenso de por sí por algún problema familiar, la reunión que debería transcurrir en armonía puede terminar mal.

Teresa Sandoval Licea, orientadora psicológica de la coordinación de Formación y Orientación Educativa del municipio de Lázaro Cárdenas, refirió que las discusiones familiares en las posadas o celebraciones decembrinas no solo hacen pasar un mal rato a quienes las protagonizan, sino también a los que las presencian, además de no ser el momento adecuado para resolver ningún tipo de asunto.

Para evitar que las posadas, la cena de Navidad o la llegada del Año Nuevo, e incluso, cualquier reunión familiar, se convierta en un campo de batalla que pueda provocar un problema más profundo, ofreció unas recomendaciones sencillas.

“Es importante que en estas épocas se modere o se evite el consumo de alcohol, ya que muchas veces este puede detonar el conflicto”, señaló. Limitar el consumo de alcohol es lo mejor, sobre todo cuando hay conflictos, porque al consumir alcohol no se tiene la conciencia clara y el juicio se nubla.

La maestra advirtió, además, que estas fechas no son el momento más indicado para las conversaciones incómodas o para sacar los pendientes conflictivos del pasado. “A veces creemos que como está toda la familia reunida es el momento para hablar de un problema, pero estos eventos no son ni el momento ni el lugar adecuado para tratar temas de conflicto”.

En esta temporada decembrina, la Iglesia Católica, invitan a la comunidad de fieles a ser parte de una iniciativa llena de significado y humanidad, tampoco se trata de fingir, es decir, no se trata de ser hipócrita con el integrante de la familia con quien no se tiene buena relación. Simplemente hay que aprender a tener una convivencia cordial y para ello hay que mentalizarse previamente a la celebración.

“De repente, la convivencia con familiares que tenías mucho tiempo de no ver por algún conflicto, se presta a momentos falsos que a veces se pueden sentir como hipocresía. No, no se trata de fingir, simplemente tratar de tener una convivencia cordial y de respeto para que la celebración no se vuelva un momento de tensión familiar”, detalló.

Por otra parte, la especialista manifestó la importancia de atesorar los momentos con las personas presentes y recordar a quienes ya no están. No está mal sentir nostalgia al recordar a quienes ya trascendieron, al contrario, Sandoval Licea, afirma que puede darse un momento de calidez y amor por recordar a esa persona que, en vida, dejó momentos y enseñanzas que harán de la fiesta un momento inolvidable.

“Es normal extrañar a personas, sentir esta nostalgia, o a veces tristeza, permitirnos sentir estas emociones, extrañar o hablar de esa persona que ya no está es muy saludable porque eso une. Por eso debemos acompañarnos de personas con las que sí nos sentimos a gusto, que sí nos suman, con aquellos con quienes genuinamente nos gusta estar, con esas personas con las que sí contamos. Siempre en un ambiente de respeto, de amor y de calidez”, subrayó.

Para evitar llegar con la espada desenfundada a estas celebraciones y poder convivir en armonía con todos los invitados, la maestra refirió otras recomendaciones.

Si los problemas familiares son añejos, en cualquier momento un comentario puede desatar el conflicto. Lo mejor es ir preparado, ser consciente de ello para que, en ese supuesto escenario, sepas como actuar, porque el espíritu navideño de la temporada no “borrará” los problemas.

Si hay reclamos o comentarios negativos, lo mejor es no engancharse, con caer en provocaciones para evitar la confrontación. También es importante evitar hablar de temas controversiales que puedan desencadenar un conflicto.

Lo mejor es enfocarse en lo bueno, en el placer de estar juntos, de convivir, de tener una familia en la que, a pesar de todo, hay conexión. De esta forma la experiencia de la celebración será satisfactoria para todos.