Muchas gracias, querida Cynthia, y en verdad nuestro reconocimiento por esta reunión que, sin lugar a dudas, siempre la retroalimentación con otras personas enriquece, pero de manera particular la retroalimentación con quienes son protagonistas me parece sustancial y por eso todo nuestro reconocimiento, querida diputada Cynthia.

Saludamos por supuesto al embajador Juan Carlos Gutiérrez Madrigal, a Augusto Gómez Villanueva y a nuestras queridas colegas, la diputada Irma de Jesús Dávila, Maritza del Socorro Espinales, a Arling Patricia Alonso y decirles que no obstante en México, de los grandes avances legislativos que hemos tenido, yo creo que todavía nos encontramos lejos de llegar a la igualdad sustantiva, y lo quiero poner así, como un primer punto, porque me parece que ése es un reto sustancial en el que nos encontramos y que tenemos que activarnos y que tenemos que seguir luchando para garantizar.

Es cierto que en la presente legislatura, en ésta, en la que formamos parte mis compañeras Dulce, Erika, Lorena, Nayeli, Pilar, Hortensia, Beatriz -a quienes también les mando un abrazo- nos acercamos al 50-50 entre hombres y mujeres, lo cual nos ha permitido también avanzar en nuestra agenda de género.

Sin embargo, esta conformación tiene que ver con una reforma que tuvimos en donde se estipula que ya debería haber candidaturas en las listas, en las distintas candidaturas, tanto de representación proporcional como las que tienen que ver con el voto directo, en el que finalmente ésa fue una de las circunstancias para que lográramos tener este resultado.

Sin embargo, eso no significaba, no significaría, que el resultado tuviera que ver en que estuviéramos 50 y 50. ¿Qué quiero decir?: que requerimos fortalecer cualquier acción para garantizar que la próxima legislatura sí exista el 50-50 y no dejemos nada a la casualidad.

Puedo mencionar que, a partir de la determinación de las candidaturas por cuotas en 1993, las mujeres han podido acceder a diversos espacios de elección, particularmente en los órganos legislativos, pero insisto que queda como pendiente el garantizar la paridad en la conformación de todos los órganos electos y es por ello que debemos seguir avanzando en la garantía de los derechos políticos de las mujeres.

Desde mi perspectiva, ahora, acá en México, el avance más importante que pudimos concretar en los últimos 20 años es sin duda la reforma constitucional en materia de paridad, que ya constituye un parteaguas para los derechos de las mujeres a trascender el universo electoral y transversalizar las garantías para que las mujeres puedan acceder a todos los niveles de responsabilidad, en todos los poderes de los tres órdenes de gobierno, es decir, a nivel federal, en los estados y en los municipios.

Hemos avanzado también en reformas en contra de la violencia política de género, que constituyen también sin duda un avance sustancial para tipificar, prevenir, sancionar y consecuentemente erradicar estas violencias que hasta ahora han sido lamentablemente invisibilizadas.

En este contexto, la paridad de género de la democracia representativa y una meta para erradicar la exclusión estructural de las mujeres. Por tanto, busca lograr una situación permanente en la que el poder político sea compartido por hombres y mujeres.

La violencia política de género, en contraste, constituye un resabio del sistema patriarcal que se resiste para asimilar la participación de las mujeres y reacciona intimidando, amedrentando, a quienes osan alzar la voz por todas nosotras y pretenden ocupar los espacios de los hombres.

Esta situación se produce y reproduce en un contexto de violencia generalizada, que me parece también que ése es uno de los grandes temas en los que seguimos desde México luchando porque es, en mi opinión, una de las grandes deudas de nuestro país en el que las mujeres podamos vivir libres de violencia.

Actualmente hemos trabajo arduamente en la reforma del mecanismo de alerta de violencia de género, sin embargo, también hay otros retos con los que nos encontramos y después quisiéramos tener un intercambio con ustedes, que tiene que ver con los recursos.

A mí me parece que en México hemos avanzado en distintas leyes que tienen que ver para garantizar todos los derechos de las mujeres. Sin embargo, uno de los pendientes que tenemos es el destino del presupuesto para que se puedan destinar a las políticas públicas que se desprenden de cada una de las leyes por las que hemos trabajado.

Y, por otra parte, otro reto que ahora nos encontramos es que a partir de la emergencia es, a las mujeres en México y ojalá después podamos tener algunas impresiones también de qué se está haciendo en Nicaragua en relación a esta crisis que ahora vivimos -que hay una crisis económica, que hay una crisis de salud- y que esta crisis también, esta “crisis post Covid” tendrá que tener respuestas inmediatas para resolver circunstancias que las mujeres estamos viviendo en torno a la igualdad de oportunidades.

En ese sentido acá en México se han dictado algunas medidas para estar enfrentando la crisis de salubridad y la crisis económica, sin embargo muchas de éstas carecen de perspectiva de género, y me parece que ése también es uno de los retos que tenemos y bueno, por ejemplo, por acá hemos hecho la propuesta de que se pueda contar con un Ingreso Mínimo Vital, que ése es sustancial porque acá hay un número considerable de jefas de familia, y en esas circunstancias del confinamiento también son las mujeres las que más están sufriendo violencia, pero también están sufriendo la crisis económica y la crisis que se desglosa de esto para las mujeres.

Y yo me decía y ahora que dice el proceso electoral en el 2021 y en este escenario de la crisis en la que nos encontramos, de manera particular debemos de hacer algo para que las mujeres sí puedan participar con las mismas condiciones que las que participan los hombres porque finalmente las mujeres generalmente son las que están confinadas al cuidado de otras personas.

Estoy convencida que tenemos,  como digo, nuevos retos y  debemos iniciar las discusiones encaminadas a vislumbrar cómo resolvemos, porque únicamente haciéndonos evidentes continuaremos en la senda correcta para erradicar las violencias que generan la exclusión de las mujeres, únicamente visibilizándonos lograremos exterminar la idea de que las mujeres en política representan sólo a las mujeres, y favorecer la percepción de que la participación igualitaria de mujeres y hombres constituye el axioma necesario para la construcción de un país más igualitario.

Debemos construir un paradigma en el que todas y todos influyamos en edificación del destino común y en el futuro global de la sociedad para brindar a la colectividad solidaria, humanitaria y armónica a la que aspiramos.

Muchas gracias por esta oportunidad y gracias por la escucha.