*Obstáculos por negocios, autos estacionados y fracturas
POR Baltazar SÁNCHEZ HUERTA
LÁZARO CÁRDENAS, MICH.-Transitar por algunas banquetas de la ciudad representa un riesgo latente para los peatones porque buena parte de la superficie se encuentra deteriorada como ya lo ha denunciado públicamente este medio de comunicación, la Secretaria de Obras Públicas del Municipio reconoce el problema sin que el cabildo destine presupuesto para su reparación, según lo que informó el director de Obras, Hugo Rangel.
Aunque debe existir un presupuesto para rehabilitación de infraestructura, la autoridad desconoce la superficie dañada por que hasta el momento no existen reclamos ciudadanos, que hagan que la autoridad ponga atención en este sentido dentro del presupuesto debe ser suficiente para atender: «tramos dañados de banquetas, guarniciones, camellones e incluso obstáculos en las mismas banquetas derivados de que hayan existido señalamientos y se quedan las bases incluso postes de la CFE». Pero quizá no les alcanza para la reconstrucción.
Debe haber una responsabilidad mutua con la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas del Estado también tiene un programa de reparación de banquetas en el que las empresas que las construyan deben dar una garantía para resarcir los daños dentro de determinado periodo. Si bien el Ayuntamiento insiste en que las calles del centro están siendo reparadas para mejorar la imagen y el tránsito vehicular, en obras eternas que se han extendido durante la actual administración, en lo que se refiere a las banquetas estas se encuentran en total abandono.
Tan sólo en la avenida Lázaro Cárdenas, que hoy se re encarpeta como parte de los preparativos del tradición Desfile de la Revolución Mexicana los atletas no vayan a sufrir un percance, así como ser una de las más transitadas por peatones, se pudieron observar un sinnúmero de daños, que paso a paso ponen en peligro a los porteños, registros de agua quebrados, losetas despegadas y dañadas, pozos, postes, alcantarillas, rampas destruidas, así como cables de luz, y negocios irregulares sobre la banqueta, son parte de los obstáculos en la calle del primer cuadro de la ciudad, que la convierten en un verdadero campo minado.