POR Baltazar SÁNCHEZ HUERTA
LÁZARO CÁRDENAS, MICH.- El nombramiento de Napoleón Gómez Urrutia, al frente de la Secretaría General del Sindicato Minero, concluyó el próximo 31 de mayo de 2020 y, de acuerdo con lo que establece la Ley Federal del Trabajo, el 21 de mayo, a más tardar, se debió haber convocado a elecciones para que todos los integrantes del Sindicato Minero lo ratifiquen o decidan por un cambio en la dirigencia de esa organización.
Bonifacio Cayetano Hernández, Presidente de la Asociación Civil del 5% “Emiliano Zapata”, dijo que la pandemia del COVID-19 parece haberle caído como anillo al dedo, al polémico legislador y propietario de la franquicia del Sindicato Minero, la minería, es una de las 3 actividades productivas que está autorizada, por las autoridades de salud junto con la construcción y la manufactura de automóviles pese a esta contingencia.
En todos los casos, son las autoridades de salud, de la Secretaría del Trabajo y de Economía, las que tienen la tarea de supervisar que las empresas implementen protocolos de sanidad para garantizar la salud de los trabajadores que continuaron laborando en plena pandemia, en el caso de la industria minera, las empresas han tenido que batallar, con las condiciones que intentó imponer el senador morenista, Gómez Urrutia, quien ha sido aislado de las decisiones del gobierno y del propio senado y obligado por la Ley Federal del Trabajo a convocar a elecciones sindicales, ha preferido tomar la ruta del disimulo epidemiológico.
De regreso a las viejas prácticas, Gómez Urrutia retomó las viejas prácticas quien, usó en el pasado para obtener beneficios para él y sus más allegados en las negociaciones de contratos colectivos de trabajo, a través de paros y huelgas que dejaron a decenas de comunidades mineras en la pobreza por el cierre de las fuentes de trabajo hoy ni la evidente crisis económica y laboral que se avecina por efecto de la pandemia de COVID-19, lo detienen para mantener a salvo sus ingresos provenientes de las cuotas que su sindicato le retiene a los trabajadores.
Su más reciente maniobra fue la desestabilización de la mina de Tahuaya en Zacatecas, donde sus huestes, agitaron a los mineros para que se cambiaran a su sindicato, se salta a las autoridades sanitarias y trata de imponer sus condiciones mediante una campaña de desprestigio y cuestionamiento a la Secretaría de Salud, pero sobre todo a la titular de la Secretaría del Trabajo al afirmar que no están haciendo bien su trabajo de inspección de los protocolos sanitarios en la industria.